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ACTITUDES COMO ELEMENTO CLAVE EN EL DESARROLLO DE LAS HABILIDADES DE PENSAMIENTO
Una actitud se define como una conducta postural y/o situacional que manifiesta la ponderación de un valor1, es decir, cada actitud refleja un juicio de valor que se refiere a lo que cada persona considera como bueno o malo respecto del objeto de actitud.
“Los valores son objeto de estudio, pues son la base para entender las actitudes, las motivaciones y el porqué influyen en nuestra percepción. Todos los valores que cada persona posee provienen de fuentes diversas, tales como la familia, los amigos, la escuela, los maestros y compañeros, la cultura del país donde se vive; pero los valores que se muestran más a menudo son los adquiridos en los primeros años de la vida”2.
Los valores forman parte de la personalidad de cada quien, lo que representa que este tipo de convicciones estarán presentes durante toda la vida y que éstas manifiestan una visión de lo correcto e incorrecto desde el punto subjetivo de la persona.
Los valores universales son aquellos "suficientemente seguros y defendibles más allá de las circunstancias y las creencias propias de cada persona. Son universales porque su cumplimiento es altamente deseable para todos, en todo tiempo y lugar, por ejemplo, la preservación del ambiente o los valores expresados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
“Las actitudes no son lo mismo que los valores pero están interrelacionados; al igual que los valores, las actitudes las adoptamos de los padres, grupos sociales, maestros. Nacemos con cierta predisposición y a medida que vamos creciendo, tomamos las que vemos de las personas que respetamos, admiramos o incluso de las que tememos, así vamos moldeando nuestras actitudes. Se dice también que las actitudes son más inestables, ya que son moldeables a la conveniencia de personas o empresas obteniendo de ellas un comportamiento deseable”.
Cuando hablamos de "hacer una universidad a la medida de los estudiantes y que prepare para la vida" nos referimos a que la formación del estudiante como persona no puede ser olvidada por la escuela. El logro y la profundización de actitudes y valores requiere de individuos autónomos, tanto intelectual como moralmente. Ello quiere decir que no basta que los estudiantes adquieran información, sino que nuestra sociedad demanda jóvenes inteligentes, sensibles y morales, por lo que los valores deben ser considerados en la formación del estudiante.
Para lograr lo anterior se necesita primero que el aprendiz se conozca a sí mismo, que tenga claro cuáles son los valores y actitudes que determinan su conducta, a qué conflictos de valores se enfrenta habitualmente y cómo los resuelve. En segundo término, se requiere comprender los problemas del mundo actual y tomar una posición comprometida ante ellos.
El aprendizaje de los valores y de las actitudes es un proceso lento y gradual, en el que influyen distintos factores y agentes. Aunque los rasgos de personalidad y el carácter de cada quien son decisivos, también desempeñan un papel muy importante las experiencias personales, el medio donde crecemos, las actitudes que nos transmiten otras personas significativas, la información y las vivencias escolares, los medios masivos de comunicación, etcétera.
¿Por qué es importante estudiar las actitudes?
Ø Estudiar las actitudes es importante porque:
Ø Constituyen un elemento para la predicción de la conducta
Ø Protegen nuestro Yo
Ø Filtran nuestra manera de ver la realidad
Ø Son la base de la interacción humana
Ø Condicionan nuestro actuar
Ø Condicionan nuestro bienestar
Ø Propician el desarrollo de HP
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